Meditación

Entrevista Septiembre- Octubre 2011

 
Fernando Hormaechea Arroyo es psicólogo, psicoterapeuta e instructor de yoga y meditación. Hasta hace unos meses ha compaginado estas dedicaciones con su labor de bibliotecario documentalista en la Biblioteca Nacional,. Lleva practicando yoga y meditación 27 años. Discípulo de Miguel Fraile,  (médico y  uno de los profesores de yoga más antiguos de nuestro país) se hizo instructor de yoga en los años noventa, practicando retiros de yoga y meditación en diferentes localizaciones (entre otras en el zendo Betania, con Ana María Schlüter).
 Ha impartido cursos de Introducción al Yoga, y a la Meditación, Hatha Yoga, de Jnana Yoga (el yoga del conocimiento)  e incorpora a sus sesiones de terapia principios de yoga y de meditación.


Julia: La palabra meditar significa pensar en algo, pero parece que se trata precisamente de lo contrario, de no pensar en nada ¿nos puedes  explicar qué es exactamente?

Fernando: Meditar sobre algo es una cosa que nos recomendaban de pequeñitos antes de actuar, pero ese tipo de meditación, efectivamente, no es la que nos cuestionamos aquí. La meditación oriental consiste en unos ejercicios que pretenden conocer y controlar mejor la propia mente.


J: ¿Y en qué consisten esos ejercicios? ¿Es aquello de “dejar la mente en blanco”?

F: Hay de todo. Algunos tipos de meditación pretenden dejar la mente en blanco cuanto más tiempo mejor, ayudados por la práctica constante. Sin embargo, eso parece muy difícil. Más bien se refiere a no implicarnos en nuestros pensamientos.
Unos tipos de meditación ponen el acento en ser conscientes de ellos, uno a uno, sin dejarse enganchar; otros insisten en reducir la actividad de la mente y, ayudados por la concentración en un objeto, ya sea interno o externo, ir poco a poco apaciguándonos.


J: ¿Cómo nos beneficia la práctica de la meditación?

F: La meditación nos enseña a conocer nuestra mente, de ese modo dejaremos de identificarnos con ella, con sus procesos y sus productos, que son los pensamientos, las emociones, los deseos, las sensaciones, etc.
            Al mismo tiempo lograremos manejarla mejor, utilizarla con más eficacia, mejorar su capacidad de concentración y la objetividad en su percepción de las sensaciones del cuerpo que dará como resultado conocer con más precisión nuestra realidad.
 En realidad la meditación es una técnica para el progreso espiritual. La paz que conlleva su práctica, el equilibrio interior, la capacidad de concentración y la atención mental no son más que condiciones previas necesarias para progresar interiormente y acercarnos a lo inefable, al misterio o al vacío, que son diferentes maneras de hablar de algo que es inexpresable en conceptos porque es una vivencia interna.


J: ¿Cómo es la técnica? ¿Qué hay que hacer para hacer meditación?

F: Como es habitual, cada uno tiene su estilo. Hay maestros muy estrictos en la postura, en los horarios, en la ritualización. Algunos maestros zen lo son tanto que llevan el kyosaku, una vara plana de madera, con la que te dan en la espalda cuando te adormeces o pierdes la postura.
            Alejado de esta forma de enseñanza se encuentra Thich Nath Hanh que da mayor importancia a la actitud interior de atención durante el día completo que al estricto cumplimiento de la hora de la meditación. 

Yo he ido adaptando la postura y todo lo demás a mis posibilidades y condiciones. Me siento en el suelo y procuro tener la espalda recta. Practico media hora de meditación por la mañana y media hora al anochecer cuando es posible. Suelo concentrarme en la respiración, en el hara otras veces, y contemplo el ir y venir de mis sensaciones internas, pensamientos, deseos, sentimientos, y continuos planes, hasta que se van calmando y me centro.


J: ¿Cuanto tarda una persona en entrenarse lo suficiente como para conseguir ese estado de control del pensamiento?

F: La mejoría inicial se nota enseguida. En poco tiempo nos damos cuenta de que nos vamos calmando, que soportamos mejor la postura, que nuestros sentidos "se despejan". Avanzamos hasta que nos quedamos atascados. Siempre pasa. Hay que perseverar, hacer retiros de meditación para dar pasos adelante, tener paciencia. Como en todo, en la meditación el progreso no es lineal, sino dialéctico. Ya sabes, como decía Lenin refiriéndose a la revolución: dos pasos adelante, uno atrás. 

En todo caso, en la meditación se nos enseña a huir de las metas, de las evoluciones, de los objetivos. Algunos dicen que el hecho de sentarse, con toda la dignidad y la disciplina que conlleva, ya es permanecer como un Buda.


J: ¿Crees que la meditación mejora en compañía? ¿Se produce una sinergia cuando varias personas a la vez se ponen en estado meditativo?

F: Es verdad: la meditación mejora en compañía, aunque solo sea porque nos obliga a "sentarnos". Hacer meditación en grupo es una manera de disciplinarse, y parece que también ayuda a conseguir una meditación más profunda. Algunos centros ponen en primer lugar a aquellos meditadores más avanzados para que "tiren del grupo" y todos puedan mejorar.


J: Hace  no mucho tiempo, muy poquita gente hablaba de meditación, pero,  y no sé si esto es una apreciación mía, en los últimos años es un término bastante mas común, ¿qué piensas tu sobre esto?

F: Yo creo, como tú, que efectivamente nuestra sociedad está cambiando.
 Antes era totalmente desconocido el tema y muy "esotérico". Los que practicábamos hace 20 años, en general, nos sentíamos bichos raros y procurábamos mantenerlo callado.
A que se hable más ahora de meditación ha contribuido por un lado el hecho de que la religión tradicional en las sociedades laicas ha perdido fuerza y poder, lo que hace que muchas personas busquen lo mismo pero más libremente. Unos se van a la adivinación y a la creencia en los ángeles y en los espíritus, y otros buscan "religarse" con el universo y el misterio de formas más sutiles y experienciales que se acercan a la meditación. 
Por otra parte están los estudios sobre sus efectos  psicológicos y su utilización como herramienta imprescindible para determinados psicólogos ( la escuela Mindfulness , Kornfield, Linehan, Levine, son algunos de ellos)
Por último la moda. El efecto multiplicador de la publicidad que se genera cuando gente conocida la practica o dice que la practica, también ha hecho que se popularice. Ahora muchos centros de yoga ofrecen clases de meditación como una actividad más.


J: ¿Existe un origen conocido para la meditación? ¿Se sabe dónde o  cuando se originó?

F: Yo creo que la meditación es tan vieja como el mundo. No sabría decirte, es de esas cosas que parece que son desde siempre. Estoy seguro de que los hombres prehistóricos en sus ritos de iniciación utilizaban alguna forma de meditación. De un modo u otro el ser humano se ha enfrentado siempre al misterio, y siempre ha terminado haciéndolo rebuscando en sí mismo.
 Dicen que 2.000 años antes de Cristo, el yoga, una de las técnicas de perfeccionamiento humano y de búsqueda interior más antiguas que se conocen, era en su origen un yoga mental, Radja Yoga, el Yoga Real, una impresionante enseñanza de control interior, búsqueda, desprendimiento, generosidad y meditación para hacer aflorar nuestra naturaleza esencial.


J: ¿En el estado meditativo se pueden realizar otras actividades, (me refiero a actividades artísticas como pintar), o por definición en el momento en que utilizamos el cerebro para hacer algo ya estamos saliendo del estado meditativo?

F: Bueno, yo diría que cuando meditamos, meditamos. Sin embargo el estado de concentración y atención mental que se utiliza en la meditación facilita mucho cualquier práctica, sobre todo la artística.
 Un famoso artista de caligrafía japonesa decía que no se ponía a pintar hasta que no había conseguido un estado interior de concentración y tranquilidad suficiente. Lo notaba, decía, cuando podía oler el sutil olor de la tinta china que ya tenía preparada.
Ya sabes lo que dijo un antiguo Presidente de la Conferencia Episcopal Española, que era muy fumador, cuando le preguntaron si se podía fumar mientras se rezaba. Contestó: “No, pero no hay ningún inconveniente en rezar mientras se fuma”.


J: Por último, Fernando, ¿qué papel juega en tu vida este conocimiento? ¿Cómo animarías a nuestros lectores a introducirse en esta disciplina?

F: Si te respondo desde mí mismo, desde mi propia experiencia, te diré que llevo unos 27 años meditando y que me sigue resultando a días difícil hacerlo, pero que ha contribuido, creo que de manera muy importante, a que sepa apreciar la vida con mayor profundidad y aceptación, me ha dado paz y armonía, ha disminuido mis ambiciones más mundanas, ha agudizado mis sentidos, y por tanto mi capacidad de disfrutar y apreciar la belleza, me ha acercado a los demás y a la naturaleza, y me ha hecho más consciente de mi mismo, de mis pensamientos, de mis deseos y de mis miedos. 
Si algún lector necesita cualquier aclaración a lo dicho o quiere consultarme sobre algún aspecto relacionado puede escribirme al correo electrónico fernando@yogacuatrocaminos.es



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